El sexismo lingüístico es un tema candente en la actualidad a nivel global. Este término quiere englobar un uso del lenguaje que se considera discriminatorio respecto al género femenino.
El ejemplo más común en la lengua española es que cuando nos referimos al género femenino y masculino al mismo tiempo la palabra que utilicemos será masculina. Si en una sala hay 500 mujeres y un hombre, pese a la mayoría aplastante del género femenino, al haber un hombre tendremos que utilizar una palabra de género masculina. En cambio, si ocurre al revés, 500 hombres y una mujer, se sigue utilizando una palabra de género masculina.
Algunas personas encuentran este hecho discriminatorio, por lo que ofrecen soluciones como añadir el prefijo neutro «-e», pese a no estar aceptado por la Real Academia Española. Otra solución es utilizar términos sí aceptados por la RAE englobando a los dos géneros. Por ejemplo, en vez de limitarnos a decir «congreso de los diputados», se diría «congreso de los diputados y de las diputadas». En este caso, cabe remarcar que mientras unos alegan la eliminación de la discriminación, otros afirman que afecta negativamente a la economía del lenguaje.
Otro ejemplo de sexismo lingüístico lo encontramos en las numerosas palabras que en su género masculino tienen connotaciones positivas «zorro= astuto, inteligente» pero en femenino son negativas y despectivas.
Para acabar esta reflexión nos gustaría decir que bajo nuestro punto de vista no hay una solución clara a este asunto. El lenguaje lo formamos los hablantes con el paso del tiempo y se moldea de una forma u otra dependiendo del uso que le queremos dar. Es innegable que nuestra historia ha formado un lenguaje machista que posiciona a la mujer en un segundo plano, por lo que nos gustaría lanzar estas preguntas ¿Debemos cambiarlo de forma forzada y repentina? ¿Puede la sociedad femenina aceptar que el lenguaje es el producto de nuestra historia pasada y no sentirse discriminada haciendo uso de las mismas palabras? La decisión es nuestra.
Contadnos en los comentarios qué opináis de este tema tan controvertido, ¡Os leemos!
Ana Luna Clemente Sepúlveda- Prácticas ELE- Proyecto Español.